¿Alguna vez habéis tenido a alguien tan importante que con solo verle una milésima de segundo, ya te ha alegrado el día?
Eso es lo que me pasa a mi con Javier, solo saber de él me alegra y me deja con una sonrisa para todo el día. Lo único malo es que son adictivos, necesitas ver a esa persona especial, hablar con ella, y si un día no puedes tu mundo hunde.
Durante el tiempo que no hablábamos, que estaba enfadado conmigo, tenía toda mi vida organizada, ya podía seguir sin pensar en él, o por lo menos no mucho, pero cuando ya lo tenía todo ordenado, le veía, me hablaba, me lo encontraba por la calle y oía su risa, su voz, veía sus ojos, sus gestos, y todo lo que había construido se derrumbaba, todo lo que había conseguido se iba al garete. Y con la otra persona que había encontrado, que me podía alegrar una mínima parte de lo que Javier había conseguido, se jodía todo, me volvía loca y le hacía daño.
Por eso creo que Javier es mi otra mitad, es con quien debo estar, con quien quiero estar. Con él soy otra persona, soy realmente yo, no la jodo como solía hacer antes y soy realmente feliz.
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